Tyrrels. Patatas inglesas «de granja», con un corte bastante más pequeño que cualquiera de las españolas. Sin gluten, ni grasas transgénicas. ¿Lo mejor?, sus sabores: vinagre de sidra, sal marina, jamón dulce... Precio: 2,20 euros, 150 grs.
Vicente Vidal Gran Selección. Proceden de un negocio familiar, desde 1931. Piezas enteras en un envase que las protege de los golpes. Corte grueso y extra crujientes. Están elaboradas con aceite de girasol 100 por 100. Precio: 1,47 euros, 160 grs.
Lays Gourmet. Más gruesas que las clásicas de esta firma, dobladas y, también, más crujientes. Resultan poco aceitosas, están elaboradas con aceite de girasol y tienen un aroma delicioso, menos potente que el de las patatas que se fríen en aceite de oliva. Las versiones «corte fino» y «sabor a Jamón ibérico» también están exquisitas. Precio: 1,90 euros, 190 grs.
The Snack Company Extra Crujientes. Se fríen en grandes sartenes, al estilo tradicional, y a fuego muy lento. El corte es algo más grueso que la media y tienen forma retorcida. Envasadas con aire para que no se rompan. Con aceite de girasol y «un toque justo de sal», que se queda algo corto. Precio: 2,40 euros, 170 grs.
Sarriegui. Con o sin sal. Fritas en aceite de oliva virgen extra, del que un 80 por 100 es de la variedad picual, que les da un toque picante. Por eso no se nota la falta de sal. Son un producto gourmet crujiente. Precio: 2,55 euros, 150 grs.
La Azucena. Forman parte de la cultura «patatera» madrileña desde 1943 y son de formas irregulares, medianas y nada quemadas. Están fritas en aceite de girasol y tienen un punto de sal más bien bajo. Precio: 1,75 euros, 250 grs.
Rolls. Elaboradas por patateros madrileños, fritas con una gran parte de aceite de oliva virgen, tienen un sabor y un aroma muy potentes. ¿Un plus?, el envase incluye dos bolsas. Precio: 2,50 euros, dos bolsas.
San Nicasio. Ganadoras de varios premios, estas patatas son un lujo. Están elaboradas con aceite de oliva virgen extra (de una de las mejores cooperativas del mundo, que está en Priego, Cordoba) y con un toque se sal rosa del Himalaya, que no aporta mucho en cuanto a sabor, pero queda muy chic. Precio: 2,95 euros, 190 grs.
Meléndez Chips. Tienen la mejor relación calidad-precio. Estos maestros patateros, los mismos que las famosas Patatas del Abuelo (de venta en El Corte Inglés e Hipercor) han hecho una versión más económica para los centros Alcampo. Las tienen en aceite de oliva extra... Precio: 0,90 euros, 130 grs.
Añavieja Soria. En aceite de Oliva, como reza en el envase. Estas patatas están elaboradas según el método artesanal. Su crujido, su color, su punto de fritura (nada quemadas)... Tienen un punto adictivo. Precio: 1,80, 150 grs.
Teresa de la Sierva/ Madrid.
FUENTE ABC
Vicente Vidal Gran Selección. Proceden de un negocio familiar, desde 1931. Piezas enteras en un envase que las protege de los golpes. Corte grueso y extra crujientes. Están elaboradas con aceite de girasol 100 por 100. Precio: 1,47 euros, 160 grs.
Lays Gourmet. Más gruesas que las clásicas de esta firma, dobladas y, también, más crujientes. Resultan poco aceitosas, están elaboradas con aceite de girasol y tienen un aroma delicioso, menos potente que el de las patatas que se fríen en aceite de oliva. Las versiones «corte fino» y «sabor a Jamón ibérico» también están exquisitas. Precio: 1,90 euros, 190 grs.
The Snack Company Extra Crujientes. Se fríen en grandes sartenes, al estilo tradicional, y a fuego muy lento. El corte es algo más grueso que la media y tienen forma retorcida. Envasadas con aire para que no se rompan. Con aceite de girasol y «un toque justo de sal», que se queda algo corto. Precio: 2,40 euros, 170 grs.
Sarriegui. Con o sin sal. Fritas en aceite de oliva virgen extra, del que un 80 por 100 es de la variedad picual, que les da un toque picante. Por eso no se nota la falta de sal. Son un producto gourmet crujiente. Precio: 2,55 euros, 150 grs.
La Azucena. Forman parte de la cultura «patatera» madrileña desde 1943 y son de formas irregulares, medianas y nada quemadas. Están fritas en aceite de girasol y tienen un punto de sal más bien bajo. Precio: 1,75 euros, 250 grs.
Rolls. Elaboradas por patateros madrileños, fritas con una gran parte de aceite de oliva virgen, tienen un sabor y un aroma muy potentes. ¿Un plus?, el envase incluye dos bolsas. Precio: 2,50 euros, dos bolsas.
San Nicasio. Ganadoras de varios premios, estas patatas son un lujo. Están elaboradas con aceite de oliva virgen extra (de una de las mejores cooperativas del mundo, que está en Priego, Cordoba) y con un toque se sal rosa del Himalaya, que no aporta mucho en cuanto a sabor, pero queda muy chic. Precio: 2,95 euros, 190 grs.
Meléndez Chips. Tienen la mejor relación calidad-precio. Estos maestros patateros, los mismos que las famosas Patatas del Abuelo (de venta en El Corte Inglés e Hipercor) han hecho una versión más económica para los centros Alcampo. Las tienen en aceite de oliva extra... Precio: 0,90 euros, 130 grs.
Añavieja Soria. En aceite de Oliva, como reza en el envase. Estas patatas están elaboradas según el método artesanal. Su crujido, su color, su punto de fritura (nada quemadas)... Tienen un punto adictivo. Precio: 1,80, 150 grs.
Teresa de la Sierva/ Madrid.
FUENTE ABC
Los diez mejores chocolates de autor
Bombones, pasteles, tabletas, postres... Si el chocolate lleva una firma de prestigio, cualquier elaboración es una obra de arte. He aquí nuestras apuestas. Que las disfrute
Godiva. Esta marca belga es probablemente la elaboradora de chocolates de alta calidad más conocida en el mundo. Instalada en Bruselas desde hace más de 75 años, vende sus aromáticos y refinados productos en los cinco continentes. Se pueden comprar por internet o en su tienda de Barcelona. Balmes, 147. Barcelona.
Leonidas. Otra de las firmas de chocolate más tradicionales de Bélgica, que emplea sólo métodos artesanales y una cuidada selección de ingredientes. Vende más de cien tipos distintos. Tiene tiendas en distintas ciudades de España, aunque ninguna en Madrid. Tiendas en Barcelona, Oviedo, Gijón, San Sebastián, Pamplona, Valladolid, Palma de Mallorca y Jerez.
Valrhona. Marca francesa creada en 1924 que se ha convertido en referente del chocolate mundial por su calidad y por la incorporación permanente de nuevos sabores y nuevas técnicas, con una rigurosa selección de los mejores cacaos. Muy utilizado también por los grandes cocineros. Tiendas en El Corte Inglés de Castellana (Madrid) y de la Diagonal (Barcelona).
Totel. Paco Torreblanca, en Elda, es el mejor pastelero y chocolatero de España. Sus bombones de chocolate, trufas y chocolatinas tienen poco que envidiar a los mejores
belgas. Se pueden comprar por internet o en sus tiendas Totel de Levante y Valladolid. Tiendas en Elda, Alicante, Elche y Valladolid.
Richart. Uno de los chocolates más caros del mundo. Sus maestros artesanos llevan fabricándolo en Lyon desde 1925 y se atreven con originales combinaciones de sabores, texturas y esencias a partir de ingredientes naturales y el mejor cacao. Por internet o en su tienda de Barcelona. Muntaner, 463. Barcelona.
Pierre Marcolini. Este maestro belga es una de las referencias mundiales del chocolate. Viaja por el mundo buscando el mejor cacao y elabora con él productos que sorprenden por su perfección, sus aromas y su ligereza, con sabores ácidos, amargos o dulces. En España sólo pueden comprarse por internet.
Michel Cluizel. Otro chocolate con nombre propio es el de este artesano francés que trabaja con cacao de cultivo ecológico. Creador del concepto «1er Cru de Plantation», que identifica chocolates de altísima calidad procedente de una única plantación, cada uno con sus propias características. Por internet o en Cocoa. Cocoa: Navarra, 87. Castellón.
Cacao Sampaka. Una marca de chocolate español que ha adquirido gran prestigio desde su aparición en el año 2000 y que se extiende por todo el mundo. Su idea es popularizar el consumo de chocolates de alta calidad a través de sus tiendas. Destacan sobre todo sus innovadores bombones. Tiendas en Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia.
La Maison du Chocolat. Una de las más prestigiosas firmas francesas de chocolates gourmet, que se ha expandido por el mundo desde su tienda parisina del Faubourg Saint-Honoré. La filosofía de su creador, Robert Linxe, es que el chocolate debe ser lo menos amargo posible. En España sólo se puede comprar por internet.
Lindt. La más popular de las marcas de chocolate de calidad. Firma suiza fundada en 1845, algo menos artesanal pero con ingredientes muy seleccionados y un sabor característico. Su línea Excellence, con altos porcentajes de cacao está a la altura de los mejores del mundo. Es el más fácil de encontrar. Tiendas en Las Rozas, San Sebastián de los Reyes y Baracaldo.
Carlos Maribona / madrid
Fuente ABC
Las fotos son mías y los bombones de Viena Capellanes
Bombones, pasteles, tabletas, postres... Si el chocolate lleva una firma de prestigio, cualquier elaboración es una obra de arte. He aquí nuestras apuestas. Que las disfrute
Godiva. Esta marca belga es probablemente la elaboradora de chocolates de alta calidad más conocida en el mundo. Instalada en Bruselas desde hace más de 75 años, vende sus aromáticos y refinados productos en los cinco continentes. Se pueden comprar por internet o en su tienda de Barcelona. Balmes, 147. Barcelona.
Leonidas. Otra de las firmas de chocolate más tradicionales de Bélgica, que emplea sólo métodos artesanales y una cuidada selección de ingredientes. Vende más de cien tipos distintos. Tiene tiendas en distintas ciudades de España, aunque ninguna en Madrid. Tiendas en Barcelona, Oviedo, Gijón, San Sebastián, Pamplona, Valladolid, Palma de Mallorca y Jerez.
Valrhona. Marca francesa creada en 1924 que se ha convertido en referente del chocolate mundial por su calidad y por la incorporación permanente de nuevos sabores y nuevas técnicas, con una rigurosa selección de los mejores cacaos. Muy utilizado también por los grandes cocineros. Tiendas en El Corte Inglés de Castellana (Madrid) y de la Diagonal (Barcelona).
Totel. Paco Torreblanca, en Elda, es el mejor pastelero y chocolatero de España. Sus bombones de chocolate, trufas y chocolatinas tienen poco que envidiar a los mejores
belgas. Se pueden comprar por internet o en sus tiendas Totel de Levante y Valladolid. Tiendas en Elda, Alicante, Elche y Valladolid.
Richart. Uno de los chocolates más caros del mundo. Sus maestros artesanos llevan fabricándolo en Lyon desde 1925 y se atreven con originales combinaciones de sabores, texturas y esencias a partir de ingredientes naturales y el mejor cacao. Por internet o en su tienda de Barcelona. Muntaner, 463. Barcelona.
Pierre Marcolini. Este maestro belga es una de las referencias mundiales del chocolate. Viaja por el mundo buscando el mejor cacao y elabora con él productos que sorprenden por su perfección, sus aromas y su ligereza, con sabores ácidos, amargos o dulces. En España sólo pueden comprarse por internet.
Michel Cluizel. Otro chocolate con nombre propio es el de este artesano francés que trabaja con cacao de cultivo ecológico. Creador del concepto «1er Cru de Plantation», que identifica chocolates de altísima calidad procedente de una única plantación, cada uno con sus propias características. Por internet o en Cocoa. Cocoa: Navarra, 87. Castellón.
Cacao Sampaka. Una marca de chocolate español que ha adquirido gran prestigio desde su aparición en el año 2000 y que se extiende por todo el mundo. Su idea es popularizar el consumo de chocolates de alta calidad a través de sus tiendas. Destacan sobre todo sus innovadores bombones. Tiendas en Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia.
La Maison du Chocolat. Una de las más prestigiosas firmas francesas de chocolates gourmet, que se ha expandido por el mundo desde su tienda parisina del Faubourg Saint-Honoré. La filosofía de su creador, Robert Linxe, es que el chocolate debe ser lo menos amargo posible. En España sólo se puede comprar por internet.
Lindt. La más popular de las marcas de chocolate de calidad. Firma suiza fundada en 1845, algo menos artesanal pero con ingredientes muy seleccionados y un sabor característico. Su línea Excellence, con altos porcentajes de cacao está a la altura de los mejores del mundo. Es el más fácil de encontrar. Tiendas en Las Rozas, San Sebastián de los Reyes y Baracaldo.
Carlos Maribona / madrid
Fuente ABC
Las fotos son mías y los bombones de Viena Capellanes
Lo de las patatas, a esta hora de la sobremesa, pasa; lo que no pasa ni a esta ni a ninguna otra hora es la provocación chocolatera. Me estoy pensando no volver por aquí. ¡No hay derecho!
ResponderEliminarQue bueno Francisco, la foto la acabo de hacer ahora de una caja que le regalaron a mi marido por su cumple. La hemos inaugurado y estaba pensando en invitaros a todos...
ResponderEliminarPero veo que a ti te sientan mal jajaja
Un beso
Que entrada tan interesante, los bombones se ven de muerte.
ResponderEliminarBesos
Qué ricas las patatas y qué rico el chocolate. Pero las mejores "papas" fritas a maquinilla las hacía mi abuela y nos las llevaba a la alberca a todos sus nietos que salíamos del agua como quien no ha comido en su vida y dábamos con ellas en un santiamén.
ResponderEliminarPor cierto en "Pasitos cortos" he olvidado desearte que te mejores, espero que recuperes tu estado normal de salud pronto. Aquí tengo enfermo a mi marido, más o menos con tus síntomas.
Un beso enorme.
No se por donde empezar,si por las patatas,que tienen una pinta!!! o por los bombones que soy una catadora asidua de ellos....Riquisima entrada...besos
ResponderEliminarHola Mari, me alegro que lo encontrara s interesante. Los bombones están de vicio:)
ResponderEliminarUn beso
No dudo Elena que las mejores patatas las hiciera tu abuela. Esas jamás se te van a olvidar. Como a mi sobrina que me decía el otro día que nunca se le olvidarán mis bocadillos de chorizo. Ya ves.
ResponderEliminarEstoy mejor, con los inhaladores y antibióticos o mejoras o apaga y vamonos.
Que se mejore tu marido también. Gracias por acordarte
Besos
Hola Carmen, golosona "En un panal de rica miel...
ResponderEliminarYa se como ganarnos tu cariño.
Besos
A ver..., a ver como haces para mandarme un bombón. De aquí no me voy hasta que no los pruebe. ¡¿Y ahora que hacemos...?!
ResponderEliminar¡Esto no se hace!
Un abrazo con lágrimas.
Vaya pinta que tienen esas patatas, y el peligro que encierran cuando las pruebas, no hay manera de parar.
ResponderEliminarNo conozco ninguna de esas marcas que nos indicas, pero en mi barrio hay un establecimiento que las hace buenísimas.
En cuanto a los bombones, mejor ni comento, sabiendo lo bueno que es un poquito de chocolate de cuando en cuando, ¡como no reparte esa caja tan hermosa!, aunque sea de tu marido, repártela, que se nos va a saltar la hiel, como se decía antiguamente jejeje.
Un abrazo.
Hola Caracola no sabes cuanto siento no poderte mandar un bombón real. Quizás en un futuro:) De todas maneras están incomibles jajaja
ResponderEliminarUn beso
Hola Luisa estas son las del Abuelo del Corte Inglés. Me gustan pos finitas, casi transparentes ligeras y crujientes hmmmm. Cierto, menos mal que la bolsa era pequeña porque cayó de una sentada con la cervecita:)
ResponderEliminarLa caja de bombones aún resiste los embites
Un beso
No sé que me gusta más si el chocolate o las patatas.... La verdad es que no le haría ascos a ninguna de las propuestas... Muy interesante el post. Besicos.
ResponderEliminarPues efectivamente Miss Cherry tampoco conozco a nadie que le haga ascos a uno de estos dos manjares. Salado y dulce no siempre son opuestos.
ResponderEliminarUn beso
He dejado en mi blog un regalito para Katy y María: pasen a recogerlo.
ResponderEliminarhttp://diasdeaplomo.blogspot.com/2011/03/poetica-al-horno.html
Has preparado hoy mi tentación, las patatas fritas, yo empiezo pero no se cuando acabo. Por otro lado los bombones no me atraen tanto, no soy muy dulcera, aunque comprendo que un poquito no viene mal. Un beso grande Katy.
ResponderEliminarFrancisco ayer cuando vi el mensaje en el correo pasé por tu blog y te expique el motivo de no haberlo recogido antes.
ResponderEliminarUn millón de gracias. Eres un cielo, te mereces toda la caja de bombones:)
Hola Teresa a todos nos pasa igual. Sabemos cuando empezamos pero no cuando terminamos.
ResponderEliminarEs un vicio. Y que suerte, aqui los bombones vuelan literalmente.
Gracias por tu cariñoso comentario
Besos